“…De las circunstancias previstas en el artículo 65 del Código Penal, la única que concurre para elevar la pena de su rango mínimo, es la agravante de premeditación conocida. Respecto a ésta agravante, es necesario acotar que la misma no se refiere a la simple premeditación que implica la fase del iter criminis en todo delito doloso, sino que le da una mayor importancia para fines de punición, por ser conocida, es decir, que no fue un acto repentino, sino que se han determinado ciertos actos que ponen en evidencia que el delito fue organizado, deliberado o planeado con suficiente antelación a su ejecución fría y reflexiva, pues tuvo tiempo suficiente para arrepentirse de delinquir en comparación a aquél que no lo tiene…”