“…Aunque dichas circunstancias [nocturnidad y despoblado] están contenidas en el mismo numeral [artículo 27 numeral 15 del Código Penal], ello no significa que, necesariamente, deban concurrir ambas para que se apliquen como graduadoras de la pena, toda vez que no constituyen una sola agravante, sino que son dos circunstancias autónomas; pues, cuando esta norma indica “de noche o en despoblado”, tal expresión está separada por la conjunción disyuntiva “o” que significa alternancia (cambio, variación, sucesión) exclusiva o excluyente entre ambas circunstancias agravantes, por lo que es legal acreditar una de éstas sin que concurra la otra.
(…), con respecto al delito de homicidio en grado de tentativa, al momento en que uno de los procesados se encontraba conduciendo el vehículo del que habían desapoderado a la víctima, y conducir por diferentes lugares, (…), claramente se establece de manera objetiva que, el lugar para bajar del vehículo y tirar a la víctima para después dispararle, fue seleccionado por sus características (…), lo que denota el elemento cronológico y el aprovechamiento de la nocturnidad, para la comisión del hecho delictivo, puesto que, a esas horas el lugar referido no se encontraba suficientemente iluminado, ni muy concurrido, con lo que se construye jurídicamente el concepto de nocturnidad…”